"A través de estas lineas, queremos darles las gracias y darles la bienvenida a este pequeño espacio creado especialmente para intercambiar experiencias, darnos ánimo, expresarnos y hacer sentir nuestra voz, muy pocas veces oida pero siempre dispuesta a hacerse sentir…"

...Dulce Sonrisa...

Mi historia…

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Cuando mi mamá y mi papá, se enteraron que yo venía al mundo, fue el día más feliz de sus vidas sin embargo, cuando nací se llevaron la sorpresa de que su esperada bebé, venia con “un pequeño defecto” y es que yo habia nacido con labio leporino y fisura palatina.

Sin embargo, con todo lo que significaba tener un hijo con un problema de este tip,o mis padres buscaron darme una niñez normal, hacerme sentir igual a cualquier niño y debo decir que lo lograron, nunca sentí que fuera menos que nadie y siempre viví sintiendo que no habia nacido con algún problema

Ellos, con su amor y preocupación buscaron rehabilitarme y me dieron las mejores lecciones de amor y valentía que pude tener en la vida. como decía mi mamá, “aplicamos en tí, todo lo que como sicologos habíamos aprendido” y vaya que hicieron una buena labor!

La base que ellos me dieron, permitieron que formara una personalidad fuerte y resistente para aguantar las burlas o el prejuicio de la gente que no entendía o nunca en su vida había visto una persona con labio leporino. Admito que en la escuela, en la universidad y en mis relaciones laborales, muchas veces sentía que era discriminada por el problema que tenía pero yo siempre he sentido que el problema no soy yo, sino el prejuicio de la gente, su incapacidad de aceptar a quien es diferente o porque no, el ver que alguien que no es “como ellos”, se sienta si igual, salga adelante y no se sienta intimidada por nada. Y es que yo considero que soy como cualquiera, lo que sucede es que los demás buscan hacerte sentir que eres “diferente”.

A pesar de todos esos inconvenientes he tenido una vida normal, con altas y bajas como todos, pero feliz. He hecho de mi vida lo que he querido y siento que estoy logrando mis metas. Actualmente tengo un trabajo que me gusta y dentro de la carrera que estudié. A la par, estoy formando mi empresa de diseño y comunicaciones.

Aunque no me he casado, ya por un tema de convicción, he tenido un hermoso niño de año y medio.
Cuando salí embarazada, me asaltaron los temores de que mi hijo pudiese tener mi mismo problema pero los medicos me decían que esa probabilidad era tan igual como si yo no hubiese tenido labio leporino.

Ahora cuando lo veo sonreirme al llegar del trabajo, siento que todo lo pasado ha valido la pena y sobre todo, que estoy agradecida con la vida porque aunque haya nacido con este problema, he sabido salir adelante y decirle a los demás, “el problema no soy yo, eres tú”…