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Ulrike Lamlé: "El labio leporino hace a los niños marginales"

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Hace unas semanas estuvo en Perú un grupo de médicos alemanes voluntarios que vino a operar niños con labio leporino -un mal más complicado de lo que parece-. Aquí se reunieron con Ulrike Lamlé, médico alemana que reside en el Perú y que realiza trabajo voluntario junto con doctores peruanos.



"Vine al Perú por mi esposo, que trabaja para la Embajada de Alemania. Nos conocimos en Ruanda, África, donde él tuvo su primera misión diplomática. Yo estaba allá trabajando en un proyecto de planificación familiar financiado por el gobierno alemán", recuerda Ulrike Lamlé.

¿Por qué le interesó hacer eso?

En Alemania los niños tienen todo, mientras que en otras partes del mundo pasa exactamente lo contrario. Mi sueño siempre fue ayudar a los chicos de países en vías de desarrollo. Después de África, seguí con esta actividad en Indonesia y, ahora, lo estoy haciendo en el Perú.

Usted llegó hace dos años. ¿Cómo comenzó?

Trabajando en Villa El Salvador, con otro médico peruano, tratando pacientes. Pero hace un año me enteré de este grupo de médicos alemanes que viene para hacer voluntariado. Cuando estuve en Alemania, de vacaciones, les fui a tocar la puerta para pedirles que me dejaran trabajar con ellos aquí.

¿Hace cuánto vienen ellos?

Hace cuatro años. También van a Vietnam. Cuando se enteraron de que aquí la incidencia de labio leporino es muy alta; decidieron venir.

Tengo entendido que han estado trabajando en Pisco.

Sí. Ha ayudado mucho el Rotary Club de Pisco. Ellos consiguieron el hospital y nos asistieron con el hospedaje. También nos respaldó una organización sin fines de lucro alemana. Hemos podido operar a niños ya no solo de Pisco sino también de Huancayo, Satipo, Ayacucho, Cajamarca y otras partes del país. Operamos a 86 niños en 10 días. ¡Ha sido mucho trabajo!

Usted trabaja con médicos peruanos.

Hace un año trabajo con el doctor Bardales, jefe de cirugía plástica del hospital Cayetano Heredia. Junto con otros dos médicos cirujanos plásticos y dos anestesistas hacemos campañas en todo el país. Este año hemos estado en Chota, Abancay, Piura y Arequipa. Y próximamente vamos a ir a Puerto Maldonado. Nosotros escogemos los lugares a los que otros no van. Vienen muchos médicos del extranjero a operar a los niños. Pero en la selva hay muchos niños de los que nadie se ocupa.

¿A cuánta gente operan?

En viajes de tres días operamos entre 25 y 40 personas. Llevamos todo nuestro equipo. Pero ahora podemos traer a los niños a Lima. La ayuda alemana nos permite pagarle el transporte a Lima a los pacientes que necesitan ser operados, también el alojamiento y alimentación de alguien que los acompañe, etc. Este mes nos ha sido posible hacer que trabajen juntos los médicos alemanes y los peruanos.

¿Por qué se enfocan en el labio leporino? ¿Qué tan grave es?

Por un lado produce un problema estético. Estos niños quedan marginados por tener el labio abierto. Eso le choca a las personas que no están acostumbradas a ver algo así. Pero sucede, además, que muchos de estos niños tienen también el paladar abierto -no hay nada entre el interior de la boca y de la nariz-. Entonces, no pueden comer. Los bebés son incapaces de tomar leche porque se les sale por la nariz. Además, sin paladar no es posible hablar bien. Pero hemos encontrado que estos niños, después de operados, si son tratados con terapia de lenguaje, pueden entrar en la educación normal.

¿Solo operan a niños?

En Pisco hemos operado a una señora de 82 años, que no se había casado y que ahora tiene muchas esperanzas de hacerlo (ríe). También operamos malformaciones en la nariz y la boca, como las que tienen los niños con uta.

¿Qué tan complicado es reparar un labio leporino?

Es una operación muy difícil. El labio está abierto y en medio no hay nada. Hay que unir los lados para cerrar el hueco. La operación dura unas tres horas. El material para hacer esta reparación se saca de la mucosa de la boca.

¿Cómo se tapa el paladar?

No ponemos hueso. Lo que hacemos es unir los lados con esta mucosa para que, con el tiempo, se forme una especie de paladar que es muy funcional. Pero lo importante es unir los músculos, que también están separados.

¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que estén activos?

Inmediatamente. Los niños con labio leporino pueden lactar dos horas después de la operación. Y los niños que tenían paladar abierto ya hablan mucho mejor un día después de ser operados. Pero es importante que hagan terapia de lenguaje. Por eso proyectamos crear en Lima un centro para niños con labio leporino. Queremos contar con dentistas, ortodentistas y especialistas que puedan hacer que el niño salga perfecto.

En algún momento usted se va a ir.

Nos quedaremos unos años más. Espero que en ese tiempo podamos armar el centro y encontrarle un director peruano. Seguiremos ayudando desde Alemania, pero la idea es que los médicos peruanos puedan hacerlo.

Tomado de Peru21.pe